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NAHUAL ANDA SUELTO EN LA SIERRA DE CIUDAD VALLES
NAHUAL ANDA SUELTO EN LA SIERRA DE CIUDAD VALLES
viernes enero 25, 2019

www.huaxtecaonline.com

*En una historia de terror, desaparecen jóvenes campistas, presuntamente los atacó un perro parecido a un lobo.

Ciudad Valles, S.L.P.- En la escarpada sierra de Tancanhuitz, antes de arribar al municipio de Ciudad Valles, hay un extraño ser de enormes proporciones que ha sido visto por campistas y personas que manejan durante la noche en la carretera que lleva a ese municipio. La leyenda cuenta que ese ser es una especie de Nahual, y que quienes se aventuran a una excursión en esos dominios de selva densa, ya no regresan.

Después de la desaparición de tres jóvenes en la sierra de este municipio, a escasos metros de la entrada principal a la municipalidad, la Subprocuraduría General de Justicia del Estado dio a conocer un video donde, lo que se supone que es un perro muy grande o un lobo los atacó en medio de un claro del bosque y ya no se supo de ellos.

El caso de la desaparición de Luis Enrique Pérez Garza, de 18 años de edad; Kevin Rafael Gómez Castillo, de 17 y de Maximiliano Andrés Cardoso, de 19 años, ha tomado nuevos rumbos, porque lo que primero se creyó como un secuestro de la delincuencia organizada, ahora parece ser el encuentro desafortunado de los muchachos con una fiera de gran tamaño que les habría causado daño a los jóvenes.

Los padres de los desaparecidos han rechazado que el video que fue tomado con la cámara de video de Maximiliano Andrés sea concluyente sobre el paradero de los jóvenes, y exigieron a las autoridades que realizaran una investigación exhaustiva, a una semana de que se reportó la ausencia de los estudiantes universitarios.

Originalmente, los tres excursionistas irían de camping a una parte alta de la sierra de Tancanhuitz, de acuerdo con el relato de los tutores. Sin embargo, después de que no supieron nada de ellos durante más de 24 horas vía celular o redes sociales, reportaron al sistema 066 su desaparición.

Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, que ocupan la patrulla 2234 inspeccionaron, junto con personal de Protección Civil de Valles, la zona donde presuntamente se habrían internado los tres amigos, y luego de dos horas de búsqueda infructuosa por brechas, encontraron la cámara de video de Maximiliano y una mochila totalmente destrozada. Cabe destacar que los rastros de sangre encontrados cerca del lugar eran mínimos.

En el video se ve la figura de un hombre disfrazado con un traje parecido al de un lobo que se mueve con mucha rapidez y que parece perseguir a los jóvenes. Luego se escuchan alaridos y advertencias entre las presuntas víctimas, y el video sigue corriendo, pero la cámara ostensiblemente se encuentra tirada en el suelo. A eso sigue un aullido grave, como de lobo, aunque ese tipo de fauna no existe en esta región del país, de acuerdo con especialistas en zoología de la zona.

EN LA CARRETERA

“Era como de dos metros de altura, todo lleno de pelo, como un gorila, pero no andaba como gorila, sino como un hombre; cuando le eché las luces nos miró a mi esposa y a mí y corrió para dentro de los árboles”, manifestó Juan Beltrán Ordinola, habitante de este municipio, quien aseguró haber estado a punto de atropellar con su camioneta Ford Lobo negra, con placas TS-4564-R, a lo que él describió como un hombre disfrazado con una tela de felpa o un extraño ser que atravesaba la cinta asfáltica, a las tres de la madrugada del pasado sábado 21 de septiembre.

Pidió prudencia a los oyentes, porque dijo que no quería ser tildado de “chiflado” o de “cuentista” y continuó con su relato: “Primero fue el susto y los reflejos, porque tengo años manejando y cuando vez una figura en el camino, sin pensar, frenas, pero lo que estaba ahí no parecía hombre, no parecía nada que yo hubiera visto antes”, refirió.

Narró que después de aplicar el freno y de que su camioneta coleó de manera peligrosa, la criatura observó a los ocupantes de la cabina y enseguida se internó a la densa selva de la sierra, “pero no caminaba como usted o como yo, no se ponía joronche (jorobado) y su piernas lo llevaban mucho más rápido de lo que puede andar un hombre”, recordó Beltrán Ordinola.

“No sabía qué hacer. Mi mujer comenzó a llorar de miedo. Ella cree en cosas de naguales y de espantos. Es de Tancanhuitz, yo no, a mí me caen gordas las historias de ovnis y no sé qué tanto, pero eso yo lo vi. Es difícil ver algo y no creerlo”, manifestó.

Luego de calmar parcialmente a su mujer, que continuó con gimoteos de horror y le pedía que no pasara por el lugar, arrancó a toda velocidad y ninguno de los dos miró hacia el recoveco de bosque por donde había desaparecido el homínido.

OTROS AVISTAMIENTOS

También el ganadero Francisco Meraz Goldaracena de 54 años de edad, relató algo al respecto, y que ocurrió el miércoles 25 de septiembre cerca de la aparición en la carretera:

“Hay un claro del monte (bosque) cerca de la entrada principal al pueblo, por donde sale buena caza de venado. Por lo regular voy con mi compadre Farías (González Azuara) y Manuel Terrones, y ya para las dos de la mañana ‘tamos’ de regreso, pero ese día nos quedamos hasta el amanecer, espalda con espalda, los tres, rogándole a Dios para que no nos comiera el nahual.

La criatura que don Francisco Meraz describió como “nahual” es muy parecida a la encontrada en medio de la carretera el 21 de septiembre por Juan Beltrán Ordinola, con la diferencia de que lo que observó el cazador de Santos fue un acto sangriento que asegura querer olvidar.

Es un hombre de brazos fuertes y de mirada fija. Tiene las manos callosas por el trabajo duro del rancho que heredó de su padre y cualquiera creería que esas manos no titubearían ante nada. Pero conforme avanzaba la plática, los dedos de Francisco Meraz temblaban y sus ojos suplicaban no volver a ver lo que se había plantado frente a ellos, noches atrás.

Luego de una infructuosa noche de rastreo del venado cola blanca (especie que se encuentra protegida por el Gobierno Federal) y de aguardar cerca de un arroyo  sinuoso bordeado por piedras quebradas por el tiempo, la presa de la noche apareció con la velocidad y la delicadeza de un parpadeo. Hizo falta sólo una palmada en el hombro de Francisco Meraz de su compadre Farías para que el primero levantara el 30-06 y lo apoyara en su hombro.

“Era un ejemplar como de ochenta kilos. Ya adulto, con buen astado. Tengo buena vista, de hecho no ocupo lentes ni para leer. La noche no era completamente oscura por la luna (creciente en la fecha mencionada) y calculé que le daba en el merito cuello, pero me ganó el nagual”.

Una criatura de enorme talla saltó sobre el ciervo. Gruñía como un perro grande o un lobo. Abrazó el costillar de su presa y le comenzó a arrancar pedazos de carne del cuello. “¿Ha oído cómo le hacen los venados cuando están acorralados”. Uno cree que no hacen ruido, pero eso era puro miedo”.

El enorme “nahual” quedó ensimismado en su comida. Descoyuntó con fuerza bruta a su venado y lo devoró ante la mirada atónita de los tres cazadores. “Si no se hubiera comido al venado quién sabe cómo nos hubiera ido a nosotros”. La tensión apenas comenzaba. Cuando pareció saciar el hambre, el enorme homínido olfateaba a su alrededor y gruñía con insistencia.

“Anduvo alrededor de nosotros como media hora. Olisqueaba y gruñía, pero no se acercaba a los matorrales donde nos habíamos escondido para cazar. Como si nos advirtiera que ahí andaba. Perdí la oportunidad de dispararle cuando estaba comiéndose al venado y ya no podía arriesgarme a disparar a las ramas, porque ¿y si no le daba?”.

Luego de un rato, el ser pareció correr y alejarse por donde había aparecido el venado recién devorado. Regresaron sobre sus pasos y en lugar de ponerse de acuerdo sobre la próxima excursión de cacería, los tres amigos olvidaron regresar al monte por mucho tiempo, según relató Francisco Meraz.

Aunque los avistamientos de la extraña criatura se han incrementado con el decurso de los días, muchos escépticos han asegurado que todo se trata de narraciones fantasiosas de la gente de Tancanhuitz y no de la aparición de un ser real que no corresponde a las características de ninguno que comprenda la fauna de la Huasteca potosina.

Mientras tanto, la búsqueda de los tres campistas continúa y las autoridades han pedido paciencia a los padres de los desaparecidos hasta obtener algún dato.

FUENTE: HUASTECA HOY

(MIGUEL BARRAGÁN LÁRRAGA)