Últimas noticias :
RESCATANDO RAÍCES
martes abril 30, 2019

El 2019 es el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas, con el fin de mostrar cuáles son los principales riesgos que afrontan los pueblos originarios en cuanto a la preservación de sus idiomas y costumbres.

 

Huaxtecaonline. Imelda Torres

 

Ciudad Valles, SLP. “Sufren discriminación o la burla de las personas que los escuchan hablar su lengua y por eso poco a poco la dejan de practicar, hasta el punto de que se les olvida”.

Ponciano Hernández Hernández es representante de una organización social en la zona indígena de Ciudad Valles, ha sido funcionario, y dice tener preocupación de que las lenguas maternas en las comunidades cada vez se hablen menos.

Claudia Pérez es la primera reina de la Feria Nacional de la Huasteca Potosina de origen indígena, hablante tenek; orígenes de los que dice estar muy orgullosa.

“Los jóvenes no lo hablan tanto, por eso buscaré dar clases a los niños para que aprendan y sepan que es bonito sentirse orgulloso de sus raíces, que éstas no se pierdan”.

Este año la película At´Anii, hablada casi en su totalidad en la lengua tének y filmada en la Huasteca Potosina, fue electa para exhibirse en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara.

Carmen Martínez Espinoza es la protagonista, oriunda de Tandzumadz, municipio de Huehuetlán, y señala que haber sido la actriz principal no solo la proyectó de manera personal, sino que abonó a que se dé a conocer un poco sobre la identidad de la cultura huasteca.

“Representa mucho para mí, de donde vengo, mi raíz es tének y estoy contenta por representar mi comunidad, mi municipio y la Huasteca Potosina. Hablo el tenek, y creo que hay mucha responsabilidad en los papás de que sus hijos hablen su dialecto indígena, yo tengo un niño de cinco años y le estoy enseñando a hablar tenek, mi esposo no habla y le estoy enseñando. Si no les hablan en su lengua materna, los hijos van creciendo hablando solo español y es triste”, expresó “La Yalitza huasteca”, como algunos la nombraron.

Refiere que aunque es difícil la situación porque la región es marginada y de pobreza, las personas tienen que salir y buscar oportunidades, pero eso no es motivo o justificación para perder su cultura. “Al contrario si vamos afuera hay que demostrar que nosotros somos Tenek y hablarlo”.

Antonino Isordia Llamazares fue el director de ese filme, y refiere por qué decidió que fuera hablada en más del noventa por ciento en tének.

“Creo que hemos desdeñado durante muchísimos años las posibilidades que nos ofrece ser un país que es un mosaico de diferentes culturas; siempre he tenido la convicción de que México en español es un país muy mediano pero que en idiomas originarios es un verdadero continente y el día que veamos la fuerza que tenemos en nuestras culturas originarias, vamos a ser un país muy diferente y vamos a salir de la depresión en la que vivimos”.

Antonino es originario de Xilitla y asegura que le nació el interés por la cultura huasteca desde niño.

“Siempre cultivé una admiración absoluta por el pueblo tének, partiendo del rito de la danza del gavilán (los Voladores de Tamaletóm) los veía como superhéroes, para mí fue una obsesión, y ya que estudié cine decidí reconectarme con mis orígenes en la Huasteca y vine a buscarlos”.

 

Se olvidan de su lengua materna después de irse a otras ciudades

 

Ponciano Hernández Hernández, quien fue funcionario municipal en Ciudad Valles, y es presidente del Consejo de los Pueblos Tének, lamenta que una vez que los jóvenes que emigran a las grandes ciudades por estudio o trabajo, ya no quieren volver a hablar el idioma con el que crecieron.

“Dejan de hablarlo porque sufren discriminación o burlas y se les olvida. Regresan y ya no quieren hablarlo y es una realidad y tal situación creemos que sucede por lo mismo que en las escuelas aquí mismo donde estuvieron no les inculcaron el valor principalmente de sus tradiciones, sus costumbres que fortalecen la identidad y el amor a sus raíces. La otra es, y que no debería ser, la tecnología, todo lo que es internet, los teléfonos, la forma como se comunica la gente es otro factor que igual influye  y lo vemos en niños desde cuatro años que ya tienen teléfono”, asentó.

Las ciudades a donde se van son Monterrey, Matamoros, Ciudad de México, Guadalajara pero principalmente Monterrey y municipios de su área metropolitana.

 

 

No me quiero ir hasta que un día gobierne un indígena

 

Nicodemo Antonio Hernández es originario de Axtla de Terrazas, de la comunidad Ahuacatitla, pero lleva más de treinta años viviendo en Nuevo Ahuacatitla, municipio de Tamuín, donde ha sido funcionario representante de indígenas y actualmente forma parte del gobierno local.

“Hablo el náhuatl…es un orgullo tener esa cultura, ser indígena, mis padres siempre me enseñaron a hablarlo, terminé la primaria con maestros bilingües, yo no sabía hablar el español y cuando llegué aquí a Tamuín aprendí”.

Domina el náhuatl, que es la lengua que impera más en la parte sur de la Huasteca Potosina. En los municipios del norte predomina el tének.

“Cuando llegué me preocupé por saber hablar el español pero sin dejar mi lengua materna que la traigo ya de sangre, fui el fundador en Tamuin del departamento de asuntos indígenas y me siento muy contento porque creo que cada vez se protege más esta cultura. Lo que me corresponde a mí como indígena creo que sí he visto resultados en la preservación de nuestras tradiciones y raíces, pero no me quiero ir de Tamuin sin que un día gobierne un indígena, mujer u hombre que gobierne y que implemente el rescate y preservación de la lengua materna”.

 

Municipios indígenas con alcaldes no indígenas

 

Aunque la Huasteca Potosina es habitada por pueblos originarios, pocos ayuntamientos han sido gobernados por indígenas los últimos años. De 20 municipios, actualmente en ninguno hay un alcalde nativo de una comunidad. En San Antonio, donde más del noventa por ciento de la población es indígena, su alcalde Edyuenari Gregorio Castillo Hernández sí habla algunas palabras en tének, aunque no lo domina totalmente. En el resto, casi nadie habla una lengua de ese tipo, por lo que sus funcionarios especializados en dar atención a las comunidades deben fungir también como traductores cuando se requiere.

 

 

Reniegan de sus raíces

 

“Solo tenemos 14 comunidades de Tamuín reconocidas como indígenas pero son mucho más, pero lo que pasa es que la gente reniega de sus raíces, y cuando van los de Inegi y les preguntan si son indígenas, lo niegan”, lamenta Angélica de la Cruz Azuara, actual directora del departamento de Asuntos Indígenas en el municipio catanero.

“Por eso se les pide que no lo hagan, queremos ver si podemos lograr que todo el municipio sea reconocido como indígena porque traería muchos beneficios”, expresó la Alcaldesa Grecia Esmeralda Sánchez González.

Angélica dijo que lo hacen a veces por vergüenza “o por lo mismo que hemos sufrido mucho la discriminación, por eso para no sufrir eso dicen que no son indígenas”.

También lamentó que los jóvenes muy poco hablan los idiomas nativos.

“Conozco varios muchachos que salen a Monterrey, a Guadalajara, y que vienen y ya no lo hablan pero a veces por el trato que reciben en esos lugares. Yo también pasé por ahí cuando era más joven, cuando estuve en la secundaria en Las Palmas se burlaban de mí pero yo nunca le tomé importancia porque siempre me gustaba participar, con poesías, o lo que fuera en mi lengua y nunca le tomé importancia, a mis hijos les estoy enseñando también”.

Aprendió porque se lo enseñaron sus papás. Su mamá trabajaba, así que desde pequeña estuvo en casa de sus abuelos. “Y no hablaban el español, puro náhuatl, mi mamá náhuatl y mi papá tenek. Yo empecé a hablar español hasta que entré al kínder donde batallaba mucho porque no entendía el español”.

La situación es tan real y triste, dijo, que en algunos poblados cada vez es menos la gente que acostumbra utilizar sus lenguas maternas.

“En el ejido Emiliano Zapata por ejemplo, aún se habla, alrededor del el 60 o 70 por ciento habla tének, náhuatl y pame, entre adultos y jóvenes, los niños hablan también porque hay una escuela bilingüe pero son cada vez menos, sí se ha ido perdiendo”.

 

 

Durante el Conversatorio “Cultura náhuatl y lengua, tradiciones creativas, lenguajes y vigencias identitarias” realizado el 14 de febrero en el Centro Cultural de la Huasteca Potosina, ponentes de varios estados expusieron su percepción y la realidad que se vive en esta pérdida y a la vez rescate, un tanto frustrado, de las lenguas maternas en sus regiones.

Arturo Gómez Martínez, de Veracruz y subdirector de etnografía del Museo Nacional de Antropología aseveró que hacen falta políticas públicas encaminadas a preservarlas.

“En el estado muy poco se ha hecho, se hace más trabajo de promoción como actividades públicas donde se manifiestan los idiomas indígenas pero creo que no basta con eso, hace falta crear verdaderas políticas públicas que incidan directamente en las comunidades, y falta promocionarlos en las ciudades”.

Detalló que en el caso de Veracruz, la Academia Veracruzana de las Lenguas Indígenas no está haciendo el trabajo particular de protección y medidas de salvaguardia a nivel comunitario.

“Hace la difusión para que la gente del medio urbano conozca la existencia de estos idiomas, pero lo que hace falta es crear verdaderas políticas públicas al interior de las comunidades, ejemplo claro: no hay registros de vocabularios específicos, diccionarios; en Veracruz tenemos lenguas en riesgo como el tepehua que quedan unos mil 500 hablantes escasos entre Veracruz e Hidalgo básicamente y poca atención se le ha brindado, no hay gramática de la lengua tepehua, se han hecho pequeños vocabularios a nivel universitario pero el gobierno del estado no está haciendo política pública para poder revitalizarla a nivel de la comunidad”.

Aseveró que la pérdida de los idiomas indígenas se ha acelerado mucho en el proceso del conflicto generacional.

“Particularmente por la migración, hay una generación masomenos entre 25 y 50 años que no está en el pueblo sino en las ciudades trabajando, en la Ciudad de México, Tampico, Monterrey, y muchos en Estados Unidos, entonces en la comunidad o están los viejos y los niños que quedan con los abuelos, creo esta parte hasta cierto punto los abuelos están transmitiendo el conocimiento a los nietos, pero hay una generación que ha perdido totalmente los valores de la cultura y el idioma”.

 

“Mejorar la raza”

 

Arturo Gómez Martínez remarcó que el problema es la discriminación cuando están en esas ciudades y por ello optan por dejarlas de hablar.

“Y se va acrecentando el problema cuando ya a nivel de búsqueda de pareja, los matrimonios se casan con gente de otras ciudades o culturas, a veces para ´mejorar la raza´, que es una frase desafortunada y

se pierde esa parte de la raíz, por eso hay que enseñarles el valor que tienen los idiomas, el sentido universal porque se puede comparar el idioma indígena incluso con cualquier idioma extranjero, que no se avergüencen y que lo utilicen en todos los contextos”.

Sentenció que en unos 50 años muchas de las lenguas van a estar en grave riesgo de desaparecer.

 

Alejandra Hilario Villalba es de Zitlala, Guerrero, directora de Cultura en el ayuntamiento, manifestó que como mujer e indígena impulsa que se preserven las tradiciones de la comunidad, y con ello el rescate de la lengua náhuatl.

“Como funcionaria y como mamá hago mi trabajo y también están las escuelas indígenas, existen cuatro de un total de siete en el municipio y una secundaria donde a los niños se les enseña el náhuatl y todo es en esa lengua, pues no practican el español sino su lengua prioritariamente y ahorita hasta tienen un maestro que les da clases de inglés”.

Alejandra tiene un hijo de seis años que se rehusaba a hablar el náhuatl.

“Porque decía que no le gustaba, que era inglés, pero salió del kínder lo mandé a la escuela bilingüe y hoy en día se emociona cuando me dice mamá sé hablar en náhuatl… creo que el quehacer de los papás es reforzar nuestra lengua; he promovido de distintas maneras que la lengua náhuatl crezca, se ha ido perdiendo tal vez en un setenta por ciento, hay comunidades donde es poca la gente que habla. Los muchachos se van para la Ciudad de México, a Cuernavaca, a Acapulco y esa migración y la marginación han sido causa, pero esperemos que ya con más información o motivación se vuelva a tener cien por ciento de hablantes”.

 

En el 2013, estudiantes del Instituto Tecnológico de Ciudad Valles crearon nének.mx que es un conjunto de herramientas web que permiten a los usuarios trabajar en colaboración en tareas de documentación de idiomas, crear activos lexicográficos y producir nuevos recursos de idiomas. Incluye una red social, un corrector ortográfico y otras aplicaciones para crear herramientas como glosarios, vocabularios culturales y léxicos. Forma parte de lo que diversos sectores están llevando a cabo en busca del objetivo.

 

“La preservación de las lenguas maternas es tarea de todos, porque todos tenemos raíces indígenas y debemos unirnos a ese rescate. No dejemos que nuestra cultura muera”, exclamó Maximino Martínez Orta, docente bilingüe de muchos años, y quien fue titular de Educación Indígena en la Secretaría de Educación de Gobierno del Estado.

 

El 2019 es el Año Internacional de las Lenguas Indígenas, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas, con el fin de mostrar cuáles son los principales riesgos que afrontan los pueblos originarios en cuanto a la preservación de sus idiomas y costumbres.

 

Este año también, el nombre Yalitza Aparicio fue tema. Una muchacha indígena que de la noche a la mañana saltó a la fama. No habla el mixteco, idioma de su comunidad  Tlaxiaco, Oaxaca, porque su papá no quiso – dice -, ante el miedo de que fueran discriminados.

 

En la actualidad, solo el 3 por ciento de la población habla el 96 por ciento de las casi 6 mil 700 lenguas que hay en el mundo. Los pueblos indígenas constituyen menos del 6 por ciento de la población pero hablan más de 4 mil lenguas, de acuerdo a información del Foro Permanente de las Cuestiones Indígenas.

De ésas, 2 mil 680 están en riesgo de desaparecer, y su pérdida representa un empobrecimiento para la humanidad en su conjunto y para las comunidades a las que se impide transmitir su lengua materna a sus hijos.

 

Las lenguas maternas generan conocimiento y comprensión sobre el mundo, son consideradas un desarrollo sostenible, pues mediante su lenguaje y cultura consolidan e incentivan la paz y reconciliación, son consideradas como un derecho humano fundamental en la libertad de los pueblos indígenas, desarrollan la inclusión social y la alfabetización, lo que contribuye a reducir los niveles de pobreza y son consideradas como fuente de diversidad de valores culturales y de patrimonio histórico.

 

Según datos de INEGI, en San Luis Potosí 11.7 por ciento de la población es hablante de una lengua indígena. Es el noveno estado con mayor porcentaje de hablantes de una lengua indígena de México.

Hasta el año 2010, eran 248 mil 196 habitantes de cinco años y más los que hablaban una lengua indígena, que significaba el 10.7 por ciento del total de la población.

El náhuatl es el más hablado, con 141 mil 326 personas, después el tenek o huasteco, con 99 mil 464 hablantes. El pame lo practican 11 mil 412 y el otomí 320 personas.