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SOL, ARENA… Y GRAVA CON CEMENTO: TERCERA FAENA EN TAMPATE SEGUNDA
domingo julio 03, 2022

El clima ya no fue tan benigno como en “Los charcos” y “El chamal”, las dos localidades de las faenas anteriores: El sol fácil ponía a los faeneros en la cercanía de los cuarenta grados, pero éstos no se arredraban en su propósito de cumplir con los trescientos metros cuadrados, ni aunque la pendiente más pronunciada aumentara la dificultad, sobre todo al momento de movilizar la revolvedora.

Y en medio de ese ir y venir de hombres y mujeres de mucha voluntad, ahí estaba de nuevo Nancy, la niña de “La yerbabuena” que dos semanas atrás sorprendió con su esfuerzo, pero que ahora también contagió a otros infantes, y hasta a algunos funcionarios municipales que faltaban de sumarse a esta cruzada donde el Ayuntamiento de Aquismón pone materiales y herramientas, y la gente la mano de obra.

En la Segunda Sección de Tampate la faena se hizo en tres fracciones, todas de subida, pero que al final mandaron al pasado el calvario de bajar, y sobre todo de ascender, sobre piedras resbalosas y punzantes, casi imposibles para motocicletas, automóviles, y hasta para los peatones. Por eso nadie se vencía, aunque éste sábado se sudó más, y de vez en cuando orilló a algunos a tomarse un descanso.

El presidente Cuahutémoc Balderas Yáñez hizo una pausa, pero luego siguió, y eso impulsó a regidores, síndico y otros colaboradores a mantener el ritmo; hasta Procopio llevó su resistencia al límite, y Nancy cargaba sus cubetitas sin mostrar fatiga. Algunos vecinos, contagiados de optimismo, se sumaron a la colaboración, sin importar colores ni partidos: Varios sacaron el agua de manantial para refrescar a los trabajadores, y otros pusieron de postre los mangos de temporada.

Cuando el astro rey cruzó la mitad y marcó en la tarde sus primeras horas, pareció endurecer el reto sobre el plural contingente, pero el desafío solamente lo retrasó un poco, más nunca lo desaminó, y menos porque las charolas con el mole empezaban a despedir su tentador aroma; y los aquismonenses ya sabían que al final, el “capul” (comida en tenek) sería la esperada recompensa, por lo menos para el intestino.

Porque para el espíritu indomable que mostraron los voluntarios, la mejor reciprocidad vendrá cuando puedan andar sin problema en esa calle pavimentada, o cuando sus vecinos de Tampate vayan en muestra de agradecimiento a ponerle el concreto a alguna rampa de su localidad. Ahí es donde las necesidades los unen, en lugar de dividirlos, y trabajan al ritmo que los liderazgos les marcan, para favorecer a todos.